Piensa en un coche, tener 5 velocidades será nuestro objetivo para mejorar los ritmos de nado, ahora te explicamos cómo diferenciarlos y trabajarlos.
Cuando empieces el entrenamiento debes nadar a un ritmo cómodo. Escucha tu respiración y mira tú pulso al terminar el calentamiento, si es similar a cuando haces series, te has pasado de intensidad.
La técnica debes realizarla a un ritmo similar al calentamiento o ligeramente superior, dado que el objetivo es mejorar e interiorizar la corrección de errores debes llevar una velocidad que te permita hacerlo.
Las series, la clave para tu mejora. Ni son siempre al máximo ni son siempre a ritmo “crucero”. Debes distinguir el ritmo en función del objetivo y alternar los tipos de entrenamiento para poder mejorar. Algunas propuestas:
Principalmente las utilizamos para trabajar la velocidad crítica de nado, marcar un ritmo ligeramente superior al de competición con descansos breves.
Estas distancias también se utilizan para trabajar tolerancia al lactato, un hecho más que frecuente que ocurre en las salidas de los triatlones dado que la velocidad de nado hasta la primera boya es alta. Algunos ejemplos:
Trabajamos la resistencia aeróbica con ritmos medios y descansos entre 30 segundos y un minuto y medio. Este tipo de series nos permiten aprender a interiorizar los ritmos en distancias más largas hasta conseguir hacerlo en la distancia objetivo. Por ejemplo:
Aunque puedes utilizarlas para cualquier distancia que quieras preparar, si tu objetivo es media o larga distancia, incluir series largas te va a permitir no entrar en la monotonía del “nado continuo” y poder establecer ritmos próximos a la competición. Por ejemplo:
Prueba a incluir nuevas formas de entrenar tus ritmos de nado y hacer más dinámicos tus entrenamientos, seguro que notas la diferencia!
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Laura García Cervantes