La triada en la mujer triatleta

La tríada de la atleta es un fenómeno que sucede en las mujeres deportistas y que afecta a la alimentación, la menstruación y el sistema óseo.

 

 

 

Nuestra colaboladora Ana Casares, nos habla en este artículo sobre la triada en el entrenamiento de la mujer triatleta.

Puede aparecer en las mujeres triatletas que siguen un plan de entrenamiento exigente asociado a una preocupación excesiva y a veces obsesiva por mantener un peso corporal bajo.

Frente al 1% de la población femenina general que sufre anorexia o bulimia, el 62% de las mujeres deportistas profesionales experimenta uno u otro trastorno alimentario, según un estudio publicado en “Sport Medicine” por Rosen y Cols y Sundot-Borgen (2006).

El entrenamiento intenso, el bajo porcentaje graso y una mala alimentación hacen que sea más probable la aparición de irregularidades en el ciclo menstrual.

A partir de trastornos en la alimentación buscando la reducción del porcentaje de grasa corporal, puede llegar una amenorrea (ausencia de menstruación), con la consiguiente reducción de estrógenos y progesterona, que a su vez supone pérdida de masa ósea y aumento del riesgo de osteoporosis precoz.

La amenorrea es multifactorial, no hay un porcentaje graso debajo del cual se desencadenan las alteraciones, ni un volumen o intensidad de entrenamiento a tener en cuenta. En general, la alimentación y el estrés físico y emocional se combinan para provocar las alteraciones del ciclo menstrual.

La actividad deportiva no compensa esta pérdida ósea. Los bajos niveles hormonales implican un mayor riesgo de lesión por fractura, a causa de la pérdida de masa ósea, y esas lesiones tardan más en recuperar.

Hay una pérdida en la elasticidad de los ligamentos, abriendo aún más las posibilidades de lesión.  Y como la amenorrea suele asociarse con mala alimentación, el cuerpo no tiene energía suficiente para hacer entrenamientos de calidad.  Es la pescadilla que se muerde la cola y se puede acabar en un sobreentrenamiento grave. Una vez restablecida la menstruación el rendimiento mejora.

Os cuento un par de experiencias personales:

Físicamente me voy encontrando mejor, pero hay algo que me preocupa. Hace más de un año que dejé la lactancia y todavía no he tenido la regla. Lo consulto con el ginecólogo y me dice que en cuanto baje el nivel de entrenamiento y gane un par de kilos todo se regulará. Ahora mi cuerpo no tiene la grasa suficiente para poner en marcha las funciones reproductoras.

La triada en la mujer triatleta

Tuve una regla en noviembre 2004, cuando justo paré un mes, pero en cuanto volví a entrenar desapareció de nuevo. Curiosamente en ese mes de descanso gané un kilo y medio de peso situándome en 52.5 y mi porcentaje de grasa subió un poquito. Lo justo para poner en marcha el mecanismo de ovulación. Además estaba más tranquila, sin el estrés emocional que supone la competición. Extracto del libro “Mamá Triatleta” (Ed. Alto Rendimiento, 2012)

Me preocupaba que esta ausencia de un año sin regla pudiera influir a nivel óseo y de salud. Además me gustaría tener más hijos.

Aquel verano decidí aflojar la carga de entrenamiento y eliminar las competiciones. Reduje volumen e intensidad un 30%. Además vigilaba mi peso para no bajar de los 52 kilos. Descubrí que mi porcentaje de grasa corporal ha de rondar el 10%. Si baja de ahí la regla desaparece. Recuperé la mentrucación a finales de octubre de 2005.

En primavera de 2008 y preparando la Maratón de Rotterdam con intención de lograr la mínima olímpica (2h32’) mi regla desaparece de nuevo. Mi peso ronda los 51 kilos, el porcentaje de grasa es del 9.5%. A un mes vista de la competición sufro una fractura de estrés en el escafoides del pie a y tengo una anemia de caballo (35% hematocrito y 11,3 de hemoglobina).

Esta fina linea de apenas un kilo y medio más o menos de peso asociada a una carga de entrenamiento equilibrada y bien compensada con la alimentación, es la que me lleva por el camino del entrenamiento saludable.

El tratamiento es claro: reducir carga de entrenamiento, recuperar el peso óptim, los niveles adecuados de grasa y sentar las bases de una alimentación saludable. Normalmente si se siguen las pautas en dos-tres meses el ciclo menstrual volverá a aparecer.

Os animo a escuchar las señales de vuestro cuerpo, y a conocer el peso óptimo para el deporte y para la vida. Es necesario mantener el equilibrio y la salud femenina por encima de todo.          

Vigilar el peso y la cantidad de grasa en la alimentación. Muchas veces las deportistas tienen una obsesión por no consumir exceso de calorías o grasa para no cargar con peso extra. Debemos ser conscientes de que el cuerpo necesita grasa para las funciones corporales básicas, como la fabricacion de hormonas.

Más información: http://www.actraining.es/  o  www.anacasares.com

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