El Southman desde dentro, el Triatlón que sube al Teide, quizás la prueba más dura del mundo

Probablemente el triatlón no competitivo más duro del planeta 

Cristina Loring, entrenadora del Rebook Sports Club la Finca donde es entrenadora de la sección de alto rendimiento y colaboradora de Triatlón Noticias, nos cuenta su experiencia en el Southman, un triatlón no competitivo considerado por su organizador, Trystrong, uno de los más duros del planeta.

Trystrong organizador del Triatlón Bola del Mundo y el Triatlón Sierra Nevada siempre nos ha traído pruebas duras y espectaculares y en esta ocasión ha organizado una prueba no competitiva, que Cristina ha vivido desde dentro y nos lo cuenta en la siguiente crónica, esperamos que os guste.

Dice Trystrong que posiblemente es el triatlón más duro del mundo.

 Para mí lo fue, puso al límite mi cuerpo y mi mente, pero creo que lo superé, porque como buena triatleta soy muy cabezota y aun siendo la única chica de los 7 que nos atrevimos hacer esta primera edición sabía que no abandonaría.

Esta prueba no está al alcance de la mayoría, requiere mucho entrenamiento y aun así puede que no la termines como me pasó a mi. La altura te pone a prueba, y estoy segura que si no entrenara en hipoxia no podría haber ni subido al Teide (3.718 m de altura).

Personalmente me enamoré del triatlón por este tipo de pruebas, yo era una chica de ciudad y el único momento donde me acercaba a la naturaleza era cuando me escapaba los fines de semana a competir en distintos parajes con recorridos cerca del mar, lagos, pantanos… era mi momento de felicidad.

Cristina subiendo al teide

Con la nueva normativa te obligan acotar perfectamente el circuito ciclista y te acabas sintiendo como un ratoncillo dando vueltas, además en vez de luchar contra ti mismo y las adversidades de la naturaleza te encuentras compitiendo con 2.000 personas, de mal humor gritando al de al lado para que no haga drafting y luchando por una camiseta con un logotipo que ya no es original porque lo tienen el 90% de los triatletas que hacen larga distancia.

El Southman es una prueba única que te aleja de toda la normativa sin sentido del triatlón, en esta prueba no te van a sacar una tarjeta amarilla, confían en ti y tu conciencia.

Lo que más me gustó es la cercanía de los organizadores y a la vez la filosofía de… “Con tus medios puedes”. Necesitas llevar un suporter obligatorio que te seguirá en coche en el circuito de bici y correrá contigo. Esto es una gran ventaja porque tu decides lo que quieres en cada momento, si dulce o salado, si frio o calor, yo pude cambiarme de ropa en la bici algo clave para poder seguir sin pasarlo mal o estando incómodo, esto no lo tienes en un Ironman con normativa convencional.

Fueron 3.800m de travesía desde una playa hasta otra en línea recta sin dar vueltas, nunca había hecho un recorrido así sin tener que dar la vuelta a una boya pegándome con un montón de triatletas por continuar, quizá por eso fue mi mejor parcial de agua en un Ironman.

Íbamos siguiendo a un equipo de motos de agua y una lancha motora con buena referencia y sin ningún problema. El agua fue tranquila y cálida, la parte más fácil de lo que nos esperaba.

Los finishers de la prueba

Al salir del agua nos prepararon un avituallamiento espectacular que disfrutaron más nuestros acompañantes que nosotros. Mi suporter me ayudó a cambiarme y coger la bicicleta, nos esperaban 160km con 5.000 de desnivel positivo subiendo dos veces al Teide, una por la cara sur y otra por la cara norte.

La mayor parte del tiempo que pasas en bici estas subiendo, así que te da tiempo a disfrutar del paisaje de grandes volcanes y las impresionantes vistas en lo alto del Teide donde sientes que atraviesas las nubes. Un circuito único que recorre la isla, las carreteras recién asfaltadas y muy poco tráfico. 

Llegué anocheciendo a la carrera, una sopa calentita y algo de tortilla me dieron fuerzas para continuar,  la carrera es puro trail, 40km con 2.000 de desnivel, los primeros 10km son duros y parece que no avanzas, es la subida al Teide (3.500m).

Llegamos arriba de noche y no quería bajar, nunca había visto tantas estrellas juntas, parecía que estábamos en el espacio, tuve que parar un buen rato para disfrutarlas. Aunque a 3.500 de altura el rendimiento disminuye, y con la fatiga acumulada tuve signos de altura que me hicieron pasar momentos difíciles donde tuve que luchar con todas mis fuerzas para seguir adelante, al final la organización me obligo a coger un camino de bajada más visible y marcado porque los triatletas que habían pasado delante de mi se habían perdido varias veces y ya era muy tarde, el recorrido que diseñaron era un verdadero reto de orientación de noche en la montaña, finalmente finalicé con 35km de montaña habiendo subido al Teide pero con ganas de poder haber completado el recorrido oficial.

Sabor agridulce para mi en este sentido que tendré que quitármelo repitiéndola otro año, pero aun así finalmente me fui feliz por la gran aventura vivida. Volví a enamorarme del triatlón. 

Más información: https://www.southmanxtremetriathlon.es/ 

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