El TAS confirma una infracción ética individual en las elecciones de World Triathlon

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha confirmado una infracción ética cometida por Líber García, presidente de Americas Triathlon y miembro del Comité Ejecutivo de World Triathlon, durante la campaña electoral de 2024.
La resolución concluye que García presionó a la candidata australiana Michelle Cooper para que retirase su postulación a cambio de respaldo en otro cargo, lo cual vulnera el Código de Conducta del organismo.
Aunque en un inicio fue suspendido durante 12 meses por un tribunal interno, el TAS ha rebajado la sanción a una simple advertencia, señalando que se trata de una falta individual sin impacto estructural en la validez de las elecciones.
¿Qué dice la sentencia?
Los mensajes entre García y Cooper revelaban un intento de consolidar un bloque entre América, Asia y África. Según el TAS, este comportamiento entra dentro de las prácticas consideradas “corrupción” dentro de World Triathlon, aunque subraya que no se ha demostrado coordinación institucional ni un patrón sistémico de manipulación.
Esto deja fuera de cualquier señalamiento a Antonio Arimany, actual presidente de World Triathlon, y al resto de la cúpula directiva.

La versión de Cooper y la reacción del entorno
Pese a que la resolución limita el alcance de la infracción, Michelle Cooper ha interpretado el fallo como una confirmación de sus denuncias.
En su comunicado, sostiene que “la integridad importa” y que lo vivido durante las elecciones fue parte de un patrón más amplio, aunque admite su decepción por la reducción de la sanción.
Desde la organización, la respuesta ha sido prudente: “No vamos a hacer declaraciones sobre una decisión del CAS de la que no tenemos conocimiento porque no es pública”.
¿Y ahora qué?
La resolución del TAS no altera los resultados ni pone en entredicho la legalidad del proceso electoral.
Sin embargo, el debate sobre la transparencia y la democracia interna dentro de World Triathlon sigue abierto. Aunque legalmente cerrado, el caso ha reavivado una preocupación latente: ¿quién vigila al que vigila?
Medios como The Times o The Inquisitor ya habían apuntado en 2024 a una posible lista de “candidatos favoritos”, bloqueos continentales y presiones internas, pero hasta ahora ninguna de esas sospechas ha derivado en sanciones generalizadas ni en revisiones del proceso.
Un reto para el futuro
Lo que está en juego no es solo un puesto directivo, sino la credibilidad de una organización que gestiona un deporte olímpico. Con París 2024 aún reciente y el calendario 2025 ya en marcha, World Triathlon debe reforzar sus mecanismos éticos y de control si quiere blindarse ante futuras polémicas.
En resumen, el TAS ha fallado contra una persona, no contra un sistema. Pero el eco del caso resuena más allá del nombre de Líber García. La comunidad triatlética internacional mira con atención y exige respuestas claras.