En cinco veces Campeón del Mundo Javier Gómez Noya en una entrevista en la Voz de Galicia, habla sobre incierto escenario al que se enfrenta el triatlón este año.
Además habla sobre la posibilidad del mundial ITU a una sola prueba, y los mundiales IRONMAN, tanto en 70.3 como en distancia Full.
Sí, en total haré unas tres horas diarias. Ahora tengo una piscina de esas de niños (ríe). Costó conseguirla. Es de tres metros y medio de diámetro y 1,20 de profundidad.
La llenamos en el jardín y el agua está bastante fría, así que me meto con neopreno, atando una goma al borde de la piscina, por lo que la sensación al nadar es bastante real: trabajas bien la brazada, estás en contacto con el agua, aunque se sienta más dura, al no avanzar.
De esta forma mantienes el gesto de la brazada de una manera más real que haciéndolo fuera con gomas. Lógicamente, entrenar ahí no es lo mismo que hacerlo en una piscina normal, pero sí que ayuda. Nunca me habría imaginado que algún día haría eso.
Esta es una situación nueva para todos, gobernantes, ciudadanos, y a posteriori seguro que pensamos que se podía haber previsto todo antes y hacer las cosas de forma distinta, pero me imagino que no es fácil.
No tiene sentido pensar ya en el pasado, sino aunar fuerzas ahora y remar en la misma dirección para salir cuanto antes.
Todos debemos asumir esto desde nuestra posición: los ciudadanos estar en casa, los sanitarios y las fuerzas de seguridad trabajar duro como están haciendo en primera línea y los dirigentes marcar el camino asesorados por científicos.
En Nueva Zelanda se hablaba de lo que pasaba en Italia, y en China, por supuesto, pero allí apenas había casos.
Aunque luego ya tomaron medidas muy drásticas de confinamiento pese a que entonces solo tenían uno o dos muertos, mientras que ahora son nueve, con la cifra estancada.
Pero sí, llegué aquí y en solo una semana entramos en estado de alarma. Fue un cambio radical por la incertidumbre de no saber hasta dónde llega esto. Sí está claro que no es una gripe, como se dijo coloquialmente.
La federación española, que sí está en contacto con la internacional (ITU), y el CSD nos reunieron en videoconferencia a los que estamos en la pelea por ir a los Juegos para explicarnos lo que saben.
Ven posible que en España las competiciones empiecen en el último trimestre del año, y a nivel internacional depende del país, pero hay muchas más dudas por los viajes.
La ITU baraja hacer un Mundial de un solo día, como hace años, porque va a ser imposible un calendario como el de las Series Mundiales. Y Ironman, en cuanto al Mundial de Hawái y el 70.3, sigue dándole vueltas al proceso de clasificación.
El Mundial 70.3 sí parece factible al ser a finales de noviembre en Nueva Zelanda, y sigue en pie. Si se celebra el ironman de Hawái con seguridad y no hay temporada de la ITU, me plantearía prepararlo, pero si no hay uno, no creo que haya el otro. Ni lo hablé aún ni siquiera con mi entrenador, [Carlos David Prieto].
Yo estoy a la espera de las decisiones de los demás para fijar mis objetivos este año. Y para el siguiente, con los Juegos, hay mucho tiempo.
Tendré un año más y eso no me beneficia para competir en los Juegos. Decidiré cuando esté más claro todo el calendario.
Sí. No es lo ideal competir sin público, pero estoy dispuesto a hacerlo si se dan condiciones de seguridad y hay una buena cobertura televisiva.
Ojalá fuese posible competir con gente, pero es mucho más complejo ahora.
Sería un avance. La industria del fútbol mueve mucho dinero y la querrán tener parada lo mínimo.
Esperemos que todos podamos volver pronto a la normalidad, aunque la normalidad va a ser otra.
Las diferencias entre países son chocantes, y parece que el riesgo así sería poco. Pero no soy científico y la gente de la calle debemos seguir sus indicaciones.
Sí. Y conocemos varias empresas del mundo del triatlón que lo pasan mal y están recortando. Las marcas no venden, la industria está parada y todo el sector lo nota.
Bastante bien. Al principio estaba más estresado al querer entrenar bien, no poder y ver que en otros países sí podían.
Pero al final te relajas, ves que este problema trasciende al deporte y afecta a todo el mundo. Jamás nos habíamos visto nadie en una situación así.
Ella venía tres semanas más tarde, pero ni España era el país más seguro al que viajar ni había la seguridad de que llegase por las restricciones en los vuelos, así que decidimos que se quedara allí.
Ella está bien allí y sus amigos y su familia también.