En un artículo publicado por Palco23, han hablado con diversos directivos de cadenas de gimnasios en España sobre el tema de la vuelta a la normalidad.
Las gestoras de instalaciones deportivas manejan tres escenarios y el más realista contempla volver en la segunda quincena de junio.
Si bien la mayoría de las cadenas desea abrir en cuanto las autoridades lo permitan, otras apuntan a que preferirían hacerlo tras el verano.
Tras más de un mes de confinamiento, la sociedad anhela volver a la normalidad y la industria del deporte se prepara para reanudar su actividad.
En el Plan de reconstrucción y activación del deporte español se presentan las siguientes medidas a tomar
Se tendrá que establecer unos protocolos de accesos y funcionamiento en sus instalaciones, que deberán contemplar al menos las siguientes medidas:
Son numerosos los directivos que afirman querer volver a operar cuanto antes siempre que las autoridades sanitarias lo permitan, aunque algunas voces apuntan a que preferirían esperar a septiembre, una vez hayan quedado atrás los temores por el contagio del virus y el verano, tradicional época de descenso de la clientela, según los operadores consultados por Palco23.
Con tal de acortar plazos y dar garantías al Gobierno y a los clientes, la patronal del sector, Fneid, ha elaborado un protocolo para preparar las instalaciones para su vuelta a la actividad.
El texto está sobre la mesa del Consejo Superior de Deportes (CSD), y tras su aprobación se elevará a Sanidad para su posterior estudio.
De momento, el ente presidido por Irene Lozano trabaja en el texto que marque el reinicio de los entrenamientos en el deporte de élite.
Una vez se levante el estado de alarma, los gobiernos autonómicos tomarán las riendas e influirán en la desescalada.
“Tiene sentido que ese proceso sea asimétrico en cada región si los casos de contagio son dispares, pero si son parecidos deberían ser iguales”, explica Roberto Ramos de BeOne, que opera 35 centros por casi todo el país, deba adaptar el protocolo a cada región.
Lo que parece claro es que las instalaciones reducirán un 30% su aforo para facilitar la distancia social.
El sector asume que no es el momento ideal para realizarla, aunque algunos directivos prefieren ver el lado bueno.
“Es probable que haya menos gente en julio y agosto, pero puede ser una oportunidad para que los clientes se sientan seguros entrenado, con distancia social, y se acostumbren a esa nueva normalidad de cara a los meses fuertes de septiembre y octubre”, afirma Rafa Cecilio.