Primeras Etapas de la TITAN DESERT, por Alejandro Santamaria

“Por detrás hay muestras de verdadera solidaridad, ayuda para reparar cualquier avería, compartir la comida o cualquier cosa”

 

 

El trialteta Alejandro Santamaría nos cuenta en primera persona lo que ocurre dentro de la TITAN DESERT

El premio de la primera etapa fueron los recuerdos inolvidables para nuestras retinas. Las impresionantes vistas del majestuoso Atlas.

Aquí los más lentos se vieron recompensados ya que tuvieron más tiempo para disfrutarlas y poder respirar los impresionantes paisajes de las montañas con los diferentes colores que ofrecen estas montañas marroquíes.

Esta primera etapa era la más dura, con 2 duras ascensiones hasta los 2400m, todo por caminos perdidos y en pocas ocasiones atravesando pequeñas aldeas casi tercermundistas con una economía basada en rebaños de cabras y pequeños huertos.

Un contraste fuerte para los que venimos de lugares modernos con todo tipo de lujos.  Para asimilarlo y reflexionar teníamos muchos kilómetros por sus territorios.

Al ser la primera etapa se respiraba más nervios en la salida. Los 600 participantes querían colocarse delante. Al pistoletazo todos empiezan y casi todos lo hacen por encima de sus posibilidades como si por un milagro esa mañana se hubieran levantado de sus camas con las fuerzas para de repente poder disputar la etapa o hacerla a un ritmo muy superior del que están capacitados.

 

Titan Desert 2015

 

Pero con el paso de los kilómetros los caminos va poniendo a cada uno en su sitio y el milagro hoy tampoco ha existido. La mayoría acaba a un ritmo muy por debajo del inicial, casi sobreviviendo.

A mitad de etapa es fácil adivinar quien ha empezado muy fuerte. Y para hacerlo más duro en los avituallamientos no hay nada de comida, solo agua y powerade, nada más.   Entre los primeros también hay grandes diferencias. La primera etapa ha sido extremadamente dura. Más de 5h para los primeros y más de 12 para los últimos que llegan de noche al campamento que esta a 1800m de altura y deberán ducharse con agua fría a una temperatura ambiente nada agradable.

Los más lentos además tendrán menos tiempo para descansar y  además a la altura de 1800m el descanso es peor e incluso dormir es más difícil.  Esto es solo el comienzo.

Los diferentes mundos en la carrera.

Por suerte la segunda etapa era más fácil aunque seguían siendo 112km que nunca son pocos. Esta vez las diferencias han sido menores.

Sin embargo sí que hay diferencias en la forma de afrontar y vivir las etapas. Entre los primeros hay menos amigos una vez que dan la salida, no hay tiempo para hablar ni tampoco ganas, los que disputan van concentrados.

 

Titan Desert 2015

 

Sin embargo cuanto más despacio van los corredores más amigos se hacen y más tiempo hay para hablar y conocerse. En la parte de atrás no hay prisa y es fácil oir un, “cómo te llamas” “ de dónde vienes”  “A que te dedicas”

Las paradas en los avituallamientos de los primeros son rapidísimas, en menos de un minuto están otra vez en marcha con los bidones llenos. Cuanto más atrás más largas son las paradas, para avituallarse y para descansar, comer su bocadillo hacerse fotos y respirar un poco de tranquilidad antes de afrontar el siguiente tramo.

 Nadie para entre los primeros si alguien pincha o se cae, tampoco esperan a nadie si alguien pasa un mal momento. Por detrás hay muestras de verdadera solidaridad, ayuda de para reparar cualquier avería, compartir la comida o cualquier cosa.

 Sin embargo estas diferencias se acaban en el campamento. En él todos son amigos y se comparten las batallas diarias de la etapa a la espera de la siguiente. Cada día la Titan Desert trae una sorpresa y ahora toca la etapa maratón en autosuficiencia….

Alejandro Santamaría

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