La hora de la siesta de Felipe Gutíérrez: “Si yo fuera mujer”

Si yo fuera mujer la verdad es que nunca tendría como pareja a un triatleta y aunque soy hombre, que lo soy, si que tendría de pareja a una triatleta, aunque ninguna de ellas me quiere precisamente por opinar esto que opino entre otras cosas, por su puesto.

 

 

Que difícil ser mujer, también tengo mi lado femenino y ser ponerme en su piel, y tener en casa un compulsivo triatleta con todas sus virtudes, algunas tienen, y con todas sus obsesiones y demás retahíla de cuestiones difícil muchas veces de entender.

Dicen que los triatletas llevan un estilo de vida saludable y la verdad es que es un rollo ir a cenar con ellos, nunca o casi nunca pueden comer algo y menos beber, así que las relaciones sociales pues se limitan a los espaguetis y al agua y a algún sobrecito de polvos para recuperar. Eso sí, ¡vamos pronto a casa que mañana tengo entrenamiento temprano!, no paran de decirnos. Aah mi pobre vida social.

¿Y los madrugones casi todos los días de la semana? Les encanta salir a correr entre semana y ¡cómo no! tranquilas que los fines de semana también tienen su guasa. La verdad es que pensándolo un poco es el mejor momento en que nos quedamos solas en la cama y podemos estirarnos y ocupar toda la superficie del colchón, tampoco nos podemos quejar.

Les encanta cuidar sus comidas, su alimentación pero siempre están tomando polvos de no sé qué o geles de no sé cuánto, creo que el “recovery” es fundamental. Si nos ven comiendo algo consistente nos miran como diciendo ¡qué come esta!, anda tu sigue con tus sobrecitos, pensamos y mascullamos.

Parece que salir a entrenar les supone una buena base de endorfinas, esas que les da el estado de ánimo positivo que parece les proporciona la energía necesaria de cada día, aunque no es que dudemos de ello, es que muchas veces ni aparece, así que algo falla.

Pero está claro que por una razón u otra picamos y si nos dejamos seducir por uno de ellos tendremos un estilo de vida más saludable, o por lo menos lo tendrán ellos, la verdad es que esta vida no se paga ni con dinero y tiene sus ventajas.

Podrás vacilar de tener un novio excelente y así poder presumir de ello, es verdad que están en una buena forma extraordinaria y tonificados y la verdad es que son bombones “para consumir”, si se dejan.

Eso sí, después de cada entrenamiento cuidan su higiene cada día cada entrenamiento, cada momento y aunque es de agradecer no lo es tanto la ropa que acumulan al lado de la lavadora o en la cesta que se va llenando y que parece que nadie va a meter en la lavadora, darle al programa 7, sacarla, tenderla y plancharla. ¿Me tocará a mi? te preguntaras. Pues es posible…Ya no digo nada de la cantidad de litros de agua que el Canal de Isabel II nos pasa en la factura, pero eso es otra cosa.

Hay beneficios que tendrás que sabe valorar en positivo ya que el día de cumpleaños, navidad o simplemente cuando quieras hacerle un regalo no tendrás muchos problemas pues con unas zapatillas nuevas, una camiseta, un casco, un reloj con los últimos adelantos en control de pulsaciones, metros, etc.…es suficiente para hacerles felices. Y en algunos casos algún libro de Mark Allen y sus experiencias también les molará. Y si además les haces una inscripción a un ironman ahí te lo has ganado para casi siempre. ¿Qué mas puedes pedir? Tu chico estará contento y tu a disfrutar de el.

Nunca te habrías cuestionado que tu hombre, y tú en consecuencia, os volveréis ahorradores en gran medida pues después de todos los gastos hay que guardar “un colchón” para el pago de inscripciones y algunas se hacen un año antes. ¿Te imaginas pagar más de 600 euros de inscripción un año antes, sepárate y que vaya a esa prueba con la siguiente admiradora?, pero eso nunca pasa, contigo hasta que la muerte os separe.

Por lo menos ya nos iras a restaurantes de esos de “comida basura”, a partir de estar con él, solo iras a disfrutar de ensaladas, frutas, verduras y eso sigo insistiendo que seguramente también probaras algún sobrecito de esos de polvos naranja,

Y cuando este cabreado, mosqueado con el trabajo, con lo que sea no te preocupes seguramente te dirá “voy a salir a correr un poco”. Irá al parque hará sus estiramientos, sus progresivos, su trote borriquero y llegara de nuevo a casa más dócil, y si me apuras un poco hasta mas cariñoso, aunque entre la ducha, la ensalada un poco de sofá y “me voy a la cama mañana tengo que salir a correr pronto”, casi ni “le cataras”.

La verdad es que este fin de semana es el Santo de “las Maris”, seguramente me invitará a cenar, a tomar una copa…aunque no se yo hay triatlón o salida larga esa de 8 horas, así que voy a ir al Vips a comprar revistas y periódicos y enterarme bien de lo que hace Belén Esteban o los de Sálvame, e incluso puedo salir una horita a andar con mi chándal rosa a juego con las zapatillas y la cinta ya que le estoy cogiendo gusto a esto del triatlón. La próxima seguro que haré un supersprint en la Casa de Campo y que viene el Sertri y me puedo apuntar. Ahora le va a tocar a el ser pomponero.

La siesta de los miércoles con este calor hace estragos en mis sueños…la verdad es que ellas pueden ser los protagonista pomponeras pero afortunadamente cada vez hay más mujeres que practican triatlón con los mismos gustos que ellos y ya en muchas parejas el rol ha cambiado. Me gusta ver a las chicas compitiendo y ellos esperando en la recta de meta con su Canon haciéndole fotos y disfrutando de su triatleta favorita. SI YO FUERA HOMBRE, que los soy iría a esa recta de meta y ahí animaría a todas cuando hagan los últimos metros, eso sí sin olvidar que este deporte se puede hacer en pareja.

Feliz Agosto, que ya nos queda la mitad.

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