La hora de la siesta por Felipe Gutiérrez: Nostalgia

Cuando se acerca el mes de Junio me entra nostalgia de las playas, de los puertos y sus barcos, de las romerías, de la sidra, de mi tierra…

Cuando era pequeño (algunos se preguntarán, ¿pero se acuerda?), reconozco que era el mejor momento donde vivíamos intensamente el inicio del verano que poco a poco llegaba y disfrutábamos a tope de la playa.

Mi nostalgia particular sin duda son de esos momentos que nunca nos cansaban, de poder nadar a mar abierto, aunque nos diera un poco de miedo, de vivir siempre alrededor de “la mar”.

Ahora y después de que la vida ha dado muchas vueltas, puedo disfrutar algunos momentos de los entrenamientos al lado de “mi mar particular” de la piscina con los entrenamientos diarios de los triatletas que entrenan conmigo. Mi playa particular todos sabéis que está en el Canoe en Madrid y allí puedo pasar horas entrenando y aconsejando a aquellos triatletas que quieren dejarse aconsejar.

 

 

Los que podéis disfrutar de vuestros entrenamientos en una playa , en un mar abierto no lo dudéis disfrutad de ello y de vuestro entrenador. Muchos preferís entrenar solos, sin consejos, sin planificaciones, pues eso también esta bien, o quizá no, pero es vuestra elección.

Mi consejo sería que aprovecharais esa playa que tenéis delante de vuestros ojos y que disfrutéis del entrenamiento diario, que sufráis haciendo los metros que consideréis que debéis hacer y que nunca os saldrá buenos resultados si no sabéis sufrir. El agua es a veces un medio difícil de controlar para muchos de los triatletas que han empezado tarde con la natación, pero lo que está claro es que “hay que saber sufrir entrenando para disfrutar compitiendo”.

Mi consejo es que estéis escuchando lo que os dice vuestro entrenador, en el caso evidentemente de tenerlo y que sufráis en vuestro “mar particular” que en numerosas ocasiones es una piscina que no tiene nada que ver con las aguas abiertas de vuestra playa.

Los dos medios valen para conseguir cada día mejores marcas, pero si no hay metros por delante seguro que no hay resultados óptimos.

Si no tenéis ninguna planificación y solo vais “alguna vez” a nadar, tampoco tendréis esos resultados o por lo menos no tendréis los mejores que podríais haber conseguido.

No quiero daros consejos, pero si yo quisiera nadar intentaría hacerlo en mar abierto o en piscina en su defecto y siempre con una persona que me pueda corregir, que pueda darme su visión y nunca pensar “si yo lo sé todo y no necesito a nadie”, es otro de los grandes problemas del triatleta, posiblemente de aquellos que nunca han sido nada en el mundo acuático y se salvan “raspando” del toque de campana.

Llega Junio, se ve en el horizonte el verano y en mi cabeza solo está esas playas asturianas, esa playa de Luanco y por supuesto la de Gijón y todas las demás…

 

Playa de Luanco

 

Mi miércoles de siesta hace que me despierte pensando en las competiciones que ya están llegando, que se disputan en bonitas playas, pruebas que además hay muchas, que no tienen tanto cartel y que también consigue que disfrutemos los entrenadores y los triatletas, que además es allí donde demuestran el trabajo diario.

La nostalgia es un sentimiento bonito donde la dureza del día a día se queda aparcada…

Nos vemos en el triatlón de…y disfrutemos de la natación en esos bellos parajes. ¡Qué suerte tenemos de vivir en España y disfrutar de su mar, de sus playas!

Me gusta el sentimiento de NOSTALGIA

Felipe Gutiérrez

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