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Artículos de lesiones y Fisioterapia deportiva

Dolor crónico en el triatlón: cuándo es normal y cuándo es señal de alarma

El triatlón, más que un simple desafío físico, se siente como una travesía exigente en la que el dolor es casi un viejo conocido.

Al principio, es fácil confundir cualquier molestia con simple cansancio. Pero detrás de esto existe algo más importante: saber separar esa sensación “buena” que te empuja a mejorar de una señal clara de que tu cuerpo está pidiéndote una pausa.

Por mucho que entrenes arduamente, si no aprendes a reconocer las pistas, corres el riesgo de convertir el progreso en un lastre. Muchísimos atletas han experimentado esto más de una vez, lo cual demuestra lo crucial que es entenderlo.

Si alguna vez te preguntas cómo seguir compitiendo a largo plazo sin acabar lesionado, básicamente esta distinción lo es todo. De hecho, ahora existen recursos específicos, como el tratamiento del dolor crónico orientado para quienes quieren continuar disfrutando del deporte sin verse frenados indefinidamente por lesiones persistentes.

¿Tu dolor es por entrenar o es una lesión real?

La habilidad de distinguir entre molestias normales y señales de lesión marca la diferencia entre un triatleta que avanza y uno que tropieza.

Nadie puede negar que cierto dolor, ese que aparece al día siguiente de un entrenamiento duro, hasta anima porque significa que has exigido a tus músculos algo más.

Sin embargo, cuando la molestia se atasca y se niega a abandonar, la cosa cambia. Aquí muchos pasan de largo, restándole importancia, pero en realidad es una advertencia. Si eso sucede, cada salida puede convertirse en una batalla interna entre el deseo de progresar y el temor a lastimarse.

El dolor muscular normal: las famosas “agujetas”

A veces después de un día particularmente intenso, el cuerpo se comporta como un coche tras una larga ruta: cruje, se siente algo rígido y pide un descanso.

Este dolor muscular de aparición tardía (DOMS) es una de las consecuencias más simpáticas del esfuerzo extremo. Puede aparecer entre 12 y 24 horas tras el ejercicio, y suele durar un par de días más, quizás hasta 72 horas.

En mi opinión, hay signos bastante claros que ayudan a identificar las agujetas de las lesiones preocupantes:

  • Sensación de rigidez muscular que suele disminuir si te mueves suave.
  • Un toque en los músculos afectados revela sensibilidad, pero sin sobresaltos.
  • A veces hay un poco de hinchazón leve, aunque rara vez es alarmante.
  • El dolor disminuye a medida que pasan las horas y los días, especialmente si mantienes una recuperación activa.

En definitiva, aunque resulta incómodo, este dolor es señal de adaptación: igual que la madera cruje mientras se ajusta al clima, tus músculos cambian para soportar más la próxima vez. El reposo, combinado con movimiento ligero, suele ser la receta efectiva para superarlo rápidamente.

El dolor crónico: cuando la molestia no desaparece

Ahora bien, cuando un dolor se instala y ya no parece tener prisa por irse, el panorama cambia.

El dolor crónico supera los típicos plazos de recuperación: hablar de molestias que duran tres meses seguidos o más no es algo menor.

En el triatlón, disciplinas tan repetitivas como correr, nadar y pedalear pueden sobrecargar una y otra vez articulaciones y fibras musculares, creando ese tipo de dolor que ya no es un simple aviso sino una alerta de avería.

Cómo diferenciar el dolor bueno del dolor malo

Entre los triatletas suele comentarse que distinguir el dolor positivo del perjudicial es casi tan útil como cualquier equipamiento de última generación.

Si bien muchas molestias en fases de gran carga son normales, existen signos que te permiten identificar el momento exacto en el que conviene levantar el pie del acelerador.

Característica

  • Dolor normal: DOMS
  • Dolor crónico: señal de alarma

Aparición

  • 12-24 horas después del ejercicio
  • Puede ser gradual o repentino, pero persiste

Duración

  • Hasta 72 horas
  • Más de 3 meses, con recurrencias

Sensación

  • Rigidez, molestia muscular generalizada
  • Agudo, punzante, localizado o irradiado

Respuesta al reposo

  • Mejora significativamente con el descanso
  • No mejora o incluso empeora con el reposo

Impacto en el movimiento

  • Dificultad inicial que mejora con el calentamiento
  • Limita el rango de movimiento y afecta la técnica

¿Qué lesiones por sobreuso son más frecuentes?

Lamentablemente, rara vez alguien que alguna vez entrenó triatlón sale ileso toda una temporada.

Habitualmente, más de la mitad de los deportistas experimentan episodios dolorosos debidos al uso excesivo. Algunas lesiones recurrentes son:

  • Tendinopatías en zonas como el tendón de Aquiles o los hombros.
  • Síndrome de la cintilla iliotibial, dolor punzante en las bajadas.
  • Fascitis plantar, con dolor incapacitante en el talón.
  • Dolor lumbar vinculado a largas horas de ciclismo y malas posturas.

Señales de alarma que nunca debes ignorar

Ya que la experiencia nos enseña, es crucial no pasar por alto esos síntomas que pueden esconder un problema mayor.

Síntomas que requieren atención médica

  • Dolor que en vez de disminuir, empeora cada día.
  • Noches en vela por molestias intensas.
  • Hinchazón considerable, calor y enrojecimiento.
  • Hormigueo, debilidad o dificultad de movimiento.
  • Pérdida de movilidad o estabilidad en una articulación.
  • Fiebre o pérdida de peso inexplicable.

Moraleja: ignorar estas señales puede convertir una situación reparable en una lesión crónica. Escuchar al cuerpo y ser prudentes con las cargas de entrenamiento es la mejor estrategia para garantizar larga vida en el triatlón.

Redaccion

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