Seguro que más de una vez te ha pasado entrenando, o incluso en alguna competición, salida de cabeza y adiós a tus gafas. Te contamos algunos consejos para que esto no vuelva a sucederte
Primero vamos a comprobar si las gafas que utilizas son las adecuadas o están en condiciones idóneas para ajustarse a tus ojos.
Para ello, coloca las lentes en tus ojos y presiona ligeramente, sin ponerte la goma. Si permanecen unos segundos ajustadas a tus ojos sin caerse, puedes continuar con ellas. Si se caen inmediatamente, te aconsejamos que busques otras.
Ahora pasamos a fijarnos en la colocación de la goma. Esta debe quedar aproximadamente a mitad de la cabeza, es decir, siguiendo la línea de los ojos. Si la goma es doble puedes separarla ligeramente en la parte posterior de la cabeza.
? Otro consejo para mayor sujeción es colocar primero las gafas y luego el gorro, o si utilizas doble gorro, colocar las gafas entre ambos.
Por último la parte más crítica, la entrada al agua. La causa de que las gafas se levanten o se caigan al contactar con el agua es porque el primer contacto no se hace correctamente.
Debes proteger tu cabeza entre los brazos de forma que el contacto con el agua sea primero con las manos, “abriendo” un agujero por el que posteriormente entrarán los brazos mientras que mantenemos la mirada hacia abajo y la barbilla hacia el pecho.
Para que tengas una referencia de colocación, te recomendamos que presiones tus orejas con los bíceps y mantengas una mano sobre la otra agarrada.
Conforme vayas practicando y obteniendo resultados positivos en tus salidas de cabeza, practica situaciones similares a los triatlones, es decir, en carrera, con fatiga, saltando varios a la vez, desde diferentes alturas, etc.
Recuerda que es recomendable contar con profesionales del área para que te ayuden en tu progresión en los entrenamientos, y en estos ejercicios específicos asegúrate primero de la profundidad de la piscina.
Laura García Cervantes
