Imagen de la carrera a pie del Embrunman
Este viernes 15 de agosto, la apacible localidad francesa de Embrun volverá a convertirse en el epicentro mundial del triatlón de larga distancia.
El Embrunman, considerado por muchos como la prueba más dura del calendario internacional, reunirá a profesionales y amateurs en un recorrido que combina belleza alpina con una dureza extrema.
Con más de 40 ediciones a sus espaldas, esta carrera es leyenda: aquí no gana solo el más rápido, sino quien sabe administrar cuerpo, mente y estrategia ante un trazado que no perdona.
La competición arrancará antes de las seis de la mañana, cuando el sol apenas ilumina las aguas del lago de Embrun.
La natación —3,8 km divididos en dos vueltas— supone el primer gran filtro. Las bajas temperaturas y la visibilidad reducida obligan a máxima concentración desde el primer metro.
Superada la natación, llega el segmento más temido: 188 kilómetros de ciclismo con más de 5.000 metros de desnivel positivo.
El mítico Col d’Izoard (2.360 m) es la cima icónica, pero no la única trampa. El Mur de Pallon y la subida final a Les Méans rematan una jornada que suele decidir la carrera. Aquí se gestan fugas, remontadas y desfallecimientos históricos.
La maratón final (42,195 km) se reparte en tres vueltas con un total de 400 m de desnivel.
Las calles de Embrun se llenan de público que anima sin descanso. Cada grito de apoyo se convierte en empuje extra para quienes, tras más de 8 horas de esfuerzo, todavía buscan la meta.
En categoría masculina, el francés Louis Richard —actual recordman— y su compatriota William Mennenson parten como grandes aspirantes, junto a Erwan Jacobin, el austriaco Thomas Steger, el belga Jan Petralia y el alemán Christian Storzer.
En féminas, la suiza Alanis Siffert es la referencia, con la oposición de Jeanne Collonge, Julie Iemolo, Nina Derron y la italiana Elisabetta Curridori.
España presenta una escuadra ambiciosa: Jordi Montraveta (quinto en 2024) lidera junto a Mikel Ugarte (debutante y quinto en Ironman Lanzarote), Pello Osoro (en gran forma tras Alpe d’Huez), Fernando Santander, Gonzalo Fuentes y Ramón Ejeda. En mujeres, Tuxa Fernández debuta con la ilusión de dejar huella.
Más allá de la competición, el Embrunman es una experiencia que transforma. La ceremonia de premios del 16 de agosto pondrá fin a una semana de ambiente único, logística medida y respeto absoluto por el entorno.
Con 96.000 euros en premios y sin cobertura televisiva, la magia de esta prueba vive en las historias que deja en quienes la afrontan.
La 41ª edición del Embrunman arrancará de madrugada, con la salida femenina a las 05:50h y la masculina a las 06:00h.
Aunque la prueba no contará con retransmisión televisiva, los aficionados podrán seguir cada parcial y la evolución de los participantes gracias al sistema de tracking en la web oficial, que ofrecerá tiempos en tiempo real desde el primer metro hasta la línea de meta.