Alimentación, triatlón, rendimiento y salud

¿Qué es una alimentación adecuada? Hay muchas tendencias hoy en día, muchos mitos, muchos productos diferentes, un boom impresionante de la industria de la suplementación, mucha gente (de todo tipo) que recomienda cosas …  ¿a quién hacer caso y a quién no? 

 

Tanto en el deporte como fuera de él, la forma en que nos alimentamos es algo fundamental para nuestra salud y para el perfecto funcionamiento de nuestro organismo.  Pero si nos centramos en el deporte, tiene todavía mucha más relevancia seguir una alimentación y nutrición adecuada ya que nos puede ayudar mucho a encontrarnos mejor, a rendir más y a no lesionarnos (o a lesionarnos menos)… todo lo que cualquier triatleta busca en su día a día. 

¿Y qué es una alimentación adecuada? Hay muchas tendencias hoy en día, muchos mitos, muchos productos diferentes, un boom impresionante de la industria de la suplementación, mucha gente (de todo tipo) que recomienda cosas …  ¿a quién hacer caso y a quién no? Cuando queramos hacer cambios específicos en nuestra nutrición o seguir una dieta concreta, lo mejor es acudir a un dietista-nutricionista deportivo con titulación universitaria, y con formación específica en deporte  (no todos la tienen), ya que esa es la mejor garantía para hacer bien las cosas y de saber que con las pautas de nutrición que seguimos no estamos poniendo en peligro nuestra salud a largo plazo. 

Estamos viendo en los últimos meses que cada vez más triatletas profesionales y no profesionales están cambiando su forma de alimentarse hacia tendencias que al principio parecen extrañas para lo que se ha hecho siempre en el mundo del deporte… ¿tomar menos hidratos para entrenar y competir? ¿eliminar los cereales de la dieta? ¿vegetarianismo? ¿No comer gluten?… Iván Raña y Eneko Llanos son algunos de los ejemplos que podríamos poner que en los últimos meses están haciendo cambios de este tipo para mejorar su rendimiento y su salud como deportistas. 

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Y vemos que sí, que se puede, y que toda alimentación del triatleta no consiste en comer pasta y arroz, hay vida mucho más allá de eso. Pero para realizar cualquier cambio de ese tipo de pauta alimentaria (o de la que sea), lo mejor es ponerse en manos de profesionales (dietistas-nutricionistas como decía antes) para no llevarnos sorpresas desafortunadas a corto, medio y/o largo plazo. 

Pero como recomendaciones generales, ¿qué podemos hacer? Yo solo voy a hablar de algunos puntos básicos que ayudan a mejorar la alimentación de forma general y nuestro estado de salud. 

1. Practica el “real food”,

es decir, elige siempre alimentos no procesados cuando sea posible. Deberíamos acostumbrarnos a comprar más en el mercado que en el supermercado, y comprar alimentos reales y no “productos”. La base de nuestra dieta deben ser las frutas y verduras, no los cereales como nos han hecho pensar en las pirámides alimenticias clásicas. Y si consumimos productos locales mucho mejor, un tomate cultivado a pocos Km de donde vivimos siempre va a estar mucho más fresco y va a tener muchas más propiedades cuando lo compremos y consumamos que si procede de otra zona mucho más lejana, que haya pasado por cámaras frigoríficas varios días y recorrido miles de Km para llegar a nuestra zona de venta. 

2. Acostúmbrate a leer los ingredientes de los productos que compras habitualmente.

Y me refiero a la lista de ingredientes que lleva lo que te estás comiendo, no a la tabla de valoración nutricional, eso es casi lo menos importante. Cuantos menos “nombres raros” y E- veas en los ingredientes de lo que compras mucho mejor, tu intestino y tu organismo te lo van a agradecer y mucho. 

3. Siempre es una buena idea disminuir el azúcar de la dieta.

No solo el del café por las mañanas, sino todo el azúcar añadido que nos comemos en los productos procesados y que muchas veces ni nos paramos a mirar (en los ingredientes): leches vegetales, maíz, pan, tomate frito… Aunque es cierto que el único problema de las dietas actuales no es solo el azúcar, es un buen punto de partida en el que empezar a fijarse. 

4. No le temas a las grasas “buenas”.

Para cualquier deportista es imprescindible consumir grasas de calidad: frutos secos, pescado azul, aguacate… es mucho más saludable comerse por ejemplo un yogurt entero natural que uno desnatado azucarado. La grasa le va a hacer a tu organismo mucho mejor que el azúcar. 

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5. Introduce en tu dieta a diario vegetales y frutas crudos.

Sí, aunque las frutas y verduras son buenas de la forma en que las hagas, cuanto menos las cocinemos más nutrientes conservan, acostúmbrate a comer por ejemplo tanto en la comida como en la cena ensalada verdura cruda, la mayoría de las verduras se pueden consumir crudas aunque no estemos muy acostumbrados a hacerlo. 

6. Si llevas una buena alimentación, no tomes suplementos a lo loco, seguramente no los necesites.

La suplementación que se introduzca en nuestra dieta debe estar siempre indicada y supervisada por un nutricionista deportivo especializado. Esa es la única forma de que lo que tomemos verdaderamente sea eficaz para que realice el efecto que estemos buscando, y que esté bien compensado con la dieta. 

7. No olvides hidratarte a lo largo de todo el día con agua.

Aunque parece algo bastante básico, se olvida mucho más de lo que parece. 

Estas son solo algunas pautas generales para empezar a llevar una alimentación más saludable, para hacer algo más individualizado a las necesidades de cada uno y para todo lo demás lo mejor es ponerse en manos de dietistas-nutricionistas. Es fácil entender que el rendimiento deportivo depende mucho de la “gasolina” que le metemos a nuestro cuerpo, por tanto cuanto más cuidemos este aspecto, además de salud podemos cuidar, potenciar y mejorar el entrenamiento y el rendimiento de cualquier deportista.

Dra. Mª Angeles Sanchez
Instituto Innova

 Foto:ejemplos.co

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