Susana Rodríguez, Campeona del Mundo de Paratriatlón, En Nueva Zelanda me salió la mejor carrera de mi vida
Susana Rodríguez (Vigo, 1988) es una recién llegada al paratriatlón pero eso no le ha impedido coronarse con la medalla de oro de Triatlón y la de bronce de Acuatlón en las Series Mundiales que se celebraron en el mes de octubre en Auckland, en Nueva Zelanda, dentro de la categoría TRI 6 para deportistas con discapacidad visual. Tras unas merecidas vacaciones en este lejano país, ayer regresó a Vigo y en el aeropuerto fue recibida con pancartas y banderas por familiares y amigos.
¿Contenta con el recibimiento?
Mucho, la verdad es que no me lo esperaba. Esas muestras de cariño siempre se agradecen.
Llegó a Nueva Zelanda “a probar una nueva experiencia” y regresa con dos medallas bajo el brazo… ¿satisfecha?
Fue una experiencia genial. Nunca había estado en una final de un Mundial y tampoco había entrenado lo suficiente con Mayalen (Noriega, su guía) pero probamos en Acuatlón para ver cómo era el circuito y logramos la medalla de bronce. Eso nos dio una motivación extra porque fue cuando empezamos a creer en nuestras opciones y, aunque yo no las tenía todas conmigo, Mayalen decía que sí, que podríamos pillar algo.
Pues acertó de pleno.
Ese lunes, en Auckland, me salió la mejor carrera de mi vida, no puedo decirlo de otra manera.
Pero la mejor carrera de su vida no llegaría por casualidad, ¿no?
Empecé a entrenar en octubre y estuve un año entrenando a diario. En junio supe que iba fijo a Nueva Zelanda y cuando llegaron los billetes de avión desde la Federación supuso una motivación extra. La mentalidad cambia completamente porque lo ves más cerca. La verdad es que sí, me salió la mejor carrera de mi vida pero detrás hay un trabajo de muchas horas. No sé cuántos kilómetros hice nadando, corriendo y pedaleando, pero fueron muchos.
¿Confía en que estas medallas le abran la puerta de algún patrocinador?
Ojalá que sí pero yo también estudio y no dispongo de demasiado tiempo entre la carrera de Medicina y los entrenamientos para llamar a las puertas. De todos modos, hoy por hoy todo el mundo recurre a la crisis y, además, tengo claro que es de los estudios de lo que podré vivir el día de mañana, no del deporte.
Como a todo el mundo me encantaría pero mis objetivos son más inmediatos. En 2013 intentaré acudir al Mundial y al Europeo y así, año tras año, si la cosa va saliendo bien, pensaré en Río. Hace unos pocos años hacía atletismo para prepararme para Pekín así que no sé qué pasará hasta 2016.
¿Y cómo se produjo ese cambio del atletismo al triatlón?
Tuve problemas con la Federación de Deportes para Ciegos y dejé el atletismo. Estuve dos años sin hacer nada pero en el centro de tecnificación deportiva de Pontevedra conocí a dos chicas triatletas y gracias a ellas me acerqué a ese deporte. Luego, por casualidad, viendo en la web de triatlón ví que había la modalidad de paratriatlón, que ni sabía que existía. Y regresó el gusanillo de la competición.
¿Cómo se compatibiliza este deporte con una carrera tan dura como Medicina?
Me organizo y no me queda más remedio que sacrificar otras cosas como la vida social. Hice Fisioterapia y luego empecé Medicina. Es duro porque es la primera vez que alguien con una deficiencia visual como la mía estudia Medicina y es difícil porque hay mucha gente que desconoce tu situación pero forma parte de mi forma de ser. La gente tiene miedo a lo que no conoce pero mientras se cierran muchas puertas se te pueden abrir otras.
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