José Miguel Pérez: “Cuando llegué a meta sentí una alegría inmensa y también mucha tranquilidad”

Cuando el triatleta conquense José Miguel Pérez cruzó la línea de meta el pasado domingo tras quedar el vigésimo sexto en la prueba de la Copa del Mundo de Madrid, se arrodilló en el suelo y comenzó a llorar emocionado. Y no era para menos, pues había conseguido su sueño, participar en los Juegos Olímpicos de Londres. Se trata de un objetivo que se puede resumir en una frase, pero para contar cómo se ha conseguido haría falta por lo menos un libro lleno de historias de sacrificio, entrenamientos, sufrimiento, lesiones, viajes maratonianos y, sobre todo, mucha fuerza de voluntad para seguir adelante luchando por el sueño en el que se ha trabajado toda la vida.

Por eso, la sensación de José Miguel Pérez cuando cruzó esa línea de meta fue “como un parto. Cuando llegué sentí una alegría inmensa por todo lo que he sufrido y también mucha tranquilidad porque las cosas salieran bien”. Y es que los últimos tiempos han sido “una etapa muy dura de mi vida, muy cargada de competiciones y viajes”, y es algo que ha notado tanto física como anímicamente.

En cuanto a la carrera, José Miguel Pérez reconoce que los nervios le pasaron factura en la primera vuelta de natación “salí muy nervioso a competir y me costó entrar en carrera, hasta la segunda vuelta no me entoné”. Luego, en el tramo en bicicleta, el grupo en el que marchaba consiguió neutralizar la diferencia con el de Iván Raña, su principal rival para clasificarse para los Juegos Olímpicos “en el sector de bicicleta fui muy bien, ya más tranquilo porque la ventaja que tenía se había neutralizado”.

El apoyo se nota

En el tramo de la carrera a pie es cuando de verdad el conquense sintió “todo el apoyo” de los paisanos que se trasladaron a Madrid para animar al conquense. “Cuando dejé a Iván Raña atrás me encontraba muy bien de piernas, y creía que podía quedar cerca del puesto 20”, pero una vez que Raña ya se había quedado atrás, las piernas y la cabeza empezaron a fallarle a José Miguel Pérez, porque “se notó que con tanto viaje estaba falto de entrenamientos”.

En esta tercera vuelta del recorrido de 2,5 kilómetros por la Casa de Campo de Madrid es cuando jugó su papel la afición conquense, ya que “probablemente si no llega a ser por esos gritos de ánimo no me hubiera podido clasificar”. Y es que en aquel momento José Miguel Pérez estaba “en la cuerda floja”, ya que el portugués Joan Pereira venía recortando cada vez más tiempo y si le adelantaba se quedaba sin ir a los Juegos. “Finalmente me rehíce de la pájara e incluso pude adelantar a otro”.

La preparación de los Juegos

Ahora, con su objetivo cumplido, el de Cuenca se va a tomar “unas mini vacaciones con un ritmo de entrenamientos más bajo” antes de comenzar su preparación para las olimpiadas. De hecho, la única prueba en la que José Miguel Pérez va a competir es en la Copa del Mundo de Austria. En cuanto a su papel en los Juegos Olímpicos de Londres, Pérez sabe que va a ir “a disfrutar”.

De momento, ya ha tendido la mano a sus compañeros de equipo, Javier Gómez Noya y Mario Mola “para ayudarles si lo necesitan y conseguir una medalla”. Eso sí, en principio su intención no va a ser ir de gregario a los Juegos porque su objetivo es “dar lo mejor de mí mismo”

Fuente:vocesdecuenca.com

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