Gómez Noya entrena en altura

Lo han bautizado como el triatlón más duro de la historia. La próxima prueba de las Series Mundiales que se celebrará el 6 de julio en Kitzbühel (Austria) introduce una variable inédita hasta la fecha en el calendario mundial.

 

 

Un puerto de montaña en el segmento de bicicleta. Rampas de hasta el 22% y pendientes medias del 13%. Exigencia máxima en altura, donde la falta de oxígeno castiga al organismo. Para adaptarse a las peculiaridades de esta carrera, el máximo exponente del triatlón español, el ferrolano Javier Gómez Noya, ha elegido la estación de Cabeza de Manzaneda (1.700 metros). Allí llevará a cabo un entrenamiento de tres semanas que confía le sirva para añadir un nuevo triunfo a su palmarés.

 

La organización ha recortado las distancias con respecto a lo que sería una cita convencional de distancia olímpica y los triatletas harán 750 metros de natación, 16,5 kilómetros sobre las dos ruedas y los 2,5 km finales del trecho pedestre.

 

«Estamos dándole prioridad a las series sobre la bici, porque probablemente sea donde se decidan los primeros puestos», comenta el deportista gallego, quien agrega: «La gente se va a vaciar, porque después de coronar, solo hay 2,5 kilómetros a pie.

 

Desde el jueves pasado combina sesiones con porcentajes suaves y más minutos de pedaleo con otras en las que acelera el cuerpo al tope de sus posibilidades por auténticos muros de asfalto. «Hoy hice media hora tremendamente explosiva». Simulacro de lo que será el infierno austríaco y lejos de la rutina que habitualmente ejecuta para prepararse en un semana convencional.

 

Segunda experiencia en altitud

Para Javier Gómez Noya será la segunda concentración en altura de su vida. «Hace seis años -destaca- probé la experiencia en Sierra Nevada, pero creo que sus 2.400 metros eran demasiado. Me encontraba muy fatigado. Además, la estación andaluza no es excesivamente cómoda para un triatleta, porque para rodar en bici hay que subir y bajar un puerto de 30 kilómetros. Pasas demasiado tiempo en el coche y no terminé satisfecho de la calidad en los entrenamientos».

 

Sin embargo, Manzaneda se revela más amable: «Solo ocho kilómetros y ya estás listo para poder rodar. Eso sí [sonríe], aquí hay pocas zonas llanas, lo cual me viene muy bien para amoldarme a Kitzbühel». El poco tráfico en las carreteras y la disponibilidad para usar las instalaciones (entre las que se encuentra una piscina de 25 metros) de la estación figuran entre las ventajas que ofrece este rincón de la geografía gallega. «Se han volcado con nosotros. Nos han dado todo tipo de facilidades para estar aquí y solo tengo palabras de agradecimiento. Es un sitio increíble, con caminos preciosos para trotar prácticamente en solitario», comenta el triatleta afincado en Pontevedra.

 

Gómez Noya afronta esta nueva parada en el calendario de las Series Mundiales como líder de la clasificación con 2744 puntos por delante del portugués Joao Silva, que lo persigue con 2055. Sus principales amenzas, de todos modos, serán los hermanos Alistair y Jonathan Brownlee. «Han demostrado que también les van bien las condiciones duras», indica el ferrolano. «En otras pruebas he visto como cuando la carretera tira para arriba, ellos siempre están delante», admite.

 

Pero también reconoce que esta nueva variante en el recorrido de las Series Mundiales será una incógnita para todo el mundo. «No disponemos -apunta- de referencias, esto desconocido, un reto emocionante». El jueves 4 de julio Javier Gómez Noya hará las maletas. Dejará su retiro dorado en Cabeza de Manzaneda y volará hacia Austria. Solo dos días más tarde sabrá si este viaje a las alturas surte el efecto deseado, si significa otro éxito en la vitrina.

Fuente:lavozdegalicia.es

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