Nuestro colaborador Healthing nos da en este artículo 5 razones por las que tendrías que hacerte una prueba de esfuerzo.
La Prueba de Esfuerzo con análisis de gases es una exploración diagnóstica que valora la respuesta del organismo en las distintas fases del ejercicio, desde el reposo al máximo esfuerzo.
La prueba de esfuerzo se realiza en un ergómetro (tapiz rodante o bicicleta). Durante el tiempo de la prueba se mantiene una monitorización cardiológica y ventilatoria. La primera es fundamental para descartar arritmias, alteraciones en ejercicio o patologías cardiológicas y se realiza con un electrocardiograma continuo durante el ejercicio.
También se miden Tensión Arterial y Pulso en reposo, máximo esfuerzo y en recuperación. La monitorización ventilatoria exige realizar el ejercicio con una máscara (algo incómoda), que permite medir en cada respiración el intercambio de Oxígeno y CO2, de modo que al llegar al máximo esfuerzo, se pueda medir el Consumo Máximo de Oxígeno o VO2.Además, la Prueba de esfuerzo nos ofrece los Umbrales, Umbral Aeróbico y Umbral Anaeróbico, que nos delimitan los distintos tipos de entrenamientos y posibilita la mejora de nuestros ritmos, en entrenamientos y en carreras.
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